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El Versailles de Miami y el espíritu empresarial

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El 12 de julio los dueños del restaurante Versailles celebraron su 40 aniversario con una gran fiesta. El gobernador Rick Scott, el alcalde de Miami Dade Carlos Giménez, el alcalde de Miami Tomás Regalado, comisionados, el ex congresista Lincoln Diaz-Balart, y otras personalidades asistieron a la celebración VIP para saludar efusivamente a Felipe Valls, Sr., el fundador del restaurante de renombre mundial. Tantos líderes prominentes homenajearon a este patriarca cubanoamericano y a su familia porque Versailles es un símbolo de la cultura cubana en el exilio. Es, además, un destino turístico y político, y, sobre todo, la prueba fehaciente de lo que puede crear, en una sociedad libre, el trabajo dedicado, la visión y el valor individual. El imperio de los Valls es emblemático del notable éxito económico de los cubanos en EE.UU., lo que algunos llaman \"el Gran Milagro Cubano\".

Los empresarios que crean negocios deben tener la motivación correcta, la preparación, y una cierta actitud y propensión para aceptar riesgos. La mayoría del primer grupo de exilados cubanos vino con poco (si es que algún) dinero, pero tuvieron ventajas valiosas: un espíritu empresarial, educación, capacidad de organizar y una creencia inquebrantable en lo que podrían lograr como individuos en un sistema de libre empresa. Como apuntara Guarioné Díaz en su libro La Experiencia de los Cubanoamericanos, el crecimiento de los negocios abiertos por estos exilados entre 1972 y 1982 fue extraordinario —de 5.000 a 30.000— crecimiento que ha continuado, de manera dramática, hasta el día de hoy.